Un diálogo con el Profesor Bernardino López Ibañez
Nota de Redacción.- Publicamos recién esta entrevista en el blog debido a que algunos docentes consideraban que era conveniente esperar el término de esta medida para ello.
El profesor Bernardino López, ingeniero de profesión es docente de
Desde el lado de la motivación especial que tiene cada quien para entrar a una huelga de hambre, sus palabras revelaban su compromiso: “Mire colega, creo si podemos aportar algo más, deberíamos hacerlo. Yo creo que el que todo lo da, todo lo recibe”.
Pgta: Y… qué dice su familia, como ha tomado su decisión…
Bernardino: Mi esposa comprende y se siente satisfecha. Lo consulté con ella, porque como usted entenderá ella es mi compañera y la madre de mis hijos, entonces no se puede tomar decisiones unilaterales. Ella se encuentra allá en Piura a cargo de los niños.
Pgta: Cómo lo han tomado sus hijos, Bernardino?
Bernardino: Mi hijo mayor comprende lo que significa luchar por un ideal y ha aceptado. Según me cuenta, sus compañeros lo miran con admiración. En cambio mi hijo menor sólo tiene 7 años, y nos hemos puesto de acuerdo con la familia que nos es conveniente que sepa que estoy en huelga de hambre. Pienso que cuando termine la huelga, yo mismo le contaré, y creo que entonces también se sentirá satisfecho. Usted no sabe cuanto me quiere. Además es el ultimito… y cuando conversamos a través del celular me dice “papi, cuando vienes, te extraño mucho”. Sus fracesitas me parten el corazón, pero la mamá está manejando bien las cosas.
Pgta: Con qué frecuencia se comunica con su familia
Bernardino: A diario. Ahora, a mi esposa la noto preocupada. Ella intuye que no estoy del todo bien. Yo le digo que no se preocupe, y que todo va a salir bien, porque parece que quiere venir a Lima a ver cómo me encuentro. Usted sabe que cuando los esposos nos comprendemos bien, es como si nos leyéramos la mente.
Aquí decidí cortar la entrevista porque pude apreciar que el tono del lenguaje ya no era el mismo y había que evitar que se quebrara, por ello tuve un giro a la conversación y le dije: “Caramba, Bernardino, de seguro que así como a su hijo mayor sus compañeros de estudios lo ven con admiración, muchas mujeres quisieran tener un esposo con esas muestras de heroísmo que usted está mostrando”. El sonrió y me dio las gracias por la expresión.
Lo felicito, agregué, y terminé diciéndole “gracias por la entrevista. Le voy a entregar la dirección electrónica del blog. Debo decirle que desde ya usted ha entrado al Olimpo de los hombres diferentes. Usted nos está mostrando el camino consecuente”.