sábado, 18 de agosto de 2007

Sismo en el San Juan

URGENTE: hace falta información

La noche del miércoles que ocurrió el terremoto, el sector San Juan del hospital fue evacuado hacia el fiel sector Carrión, paradógicamente la parte más antigua. Esta evacuación, al parecer fue hecha por recomendación de defensa civil. Sabemos que ingenieros de la Región Callao y del Ministerio vienen realizando la inspección del San Juan.

El asunto crítico es que “no baja” ninguna información, lo que da margen a una serie de especulaciones.

En una situación de incertidumbre es importantísimo el manejo oportuno de la información, máxime cuando los hechos revelan la falta de un Plan de Contingencia.

Se habla del retorno al San Juan. El asunto es que se subestima la opinión de quienes trabajamos en los servicios. Debe entenderse que existiendo constantes réplicas sísmicas, habrá siempre una “psicosis colectiva”; por lo cual el trabajador operativo debe saber previamente, con absoluta claridad, las condiciones en que se volverá al San Juan.

Debe tomarse en cuenta que en un hospital se gestiona no sólo los intereses de las autoridades y del personal de salud, sino también de los pacientes y sus familiares, a quienes no pueden obviarse. Todos tendrán una opinión sobre las condiciones en que se dará la atención.

Una propuesta

Por ello, preliminarmente, hago la siguiente propuesta:
  1. Que el Comite Operativo de Emergencia (COE) emita un comunicado, dando cuenta del informe escrito de los ingenieros estructuralistas que han evaluado el San Juan.
  2. Que los jefes de departamento tengan reunión urgente con los jefes de servicio dando información clara y precisa; y que luego éstos puedan trasmitirla al personal de los servicios.
  3. Que previo al retorno, se realice el resane de las grietas y otros daños en caso que estos no sean impedimento para volver a ocupar los pisos evacuados.
  4. Que se provea de material suficiente para el funcionamiento de los servicios.

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jueves, 16 de agosto de 2007

LA OCI y el insulto a la inteligencia

Con alguna frecuencia se señala que un sesgo en el que suelen incurrir ciertos auditores es la rigidez mental que los lleva a desarrollar un pensamiento obtuso. Esto es más evidente en la auditoría administrativa a cargo de los contadores públicos.

El personal de la Oficina de Control Interno del hospital (OCI) tiene justamente esas características, la cual se ha visto incrementada por los perfiles de personalidad de sus miembros, y por que han tenido como interlocutores a autoridades carentes de conocimientos básicos sobre la administración pública, permitiendo cederle espacios de poder.

Un insulto a la inteligencia

El hospital Carrión se encuentra en alerta roja por el terremoto que ha afectado diversas zonas del país, y que ha producido daños en el edificio del Sector San Juan, lo que ha obligado a evacuar a los pacientes hacia el Sector Carrión.

Mientras todo el personal asistencial se encuentra involucrado en la atención en esas condiciones a los pacientes hospitalizados, el personal de la OCI aparece a las 8 de la mañana vigilando el registro de asistencia de los médicos, usurpando inclusive funciones de la oficina de personal.


Indudablemente, en este caso la rigidez suena a cojudez

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domingo, 5 de agosto de 2007

Le hubieras metido un trompón

Esta mañana fui al grifo para echar combustible a mi auto. Se trata de un establecimiento en donde acudo habitualmente para este servicio por la cercanía a mi hogar. El personal siempre está presto a atender a sus clientes. De paso diré que cada día se han ido incorporando un número mayor de mujeres en estas estaciones.

Al llegar saludé al personal, con quienes ya “somos conocidos”. Me llamó la atención encontrar a una de las chicas sentada al lado del surtidor, en una situación no habitual, porque siempre la he encontrado conversadora. Esta vez está cabizbaja y retraída.
  • D: Hola, le dije, parece que algo te pasa.
    G: Me está doliendo la cabeza, señor, me contestó.
    D: Pero puedes tomar algo para eso.
    G: He tomado varias pastillas esta mañana, y no me pasa, además ya estoy hasta con nauseas, creo que es por los medicamentos.
    D: Dime, si tienes seguro, por que no vas para que te vean?
    G: Acá no tenemos seguro, señor.
Nunca les había dicho mi profesión, pero esta vez me ofrecí a “darle una mirada” en la oficina del autoservicio y darle por lo menos algún sintomático hasta el día siguiente.
  • D: Si deseas te veo ahora; te indico algo hasta mañana, que me buscarías en el hospital, para completar tu estudio.
    G: Gracias, doctor, pero mañana no podría ir, porque no me toca libre.
    D: Pero si no estas bien de salud, deberías pedir permiso a la empresa.
    G: Acá no dan permiso, doctor, y si falto puedo perder el trabajo.
Pucha, dije entre mi, como no le van a permitir… pensé tal vez ingenuamente hablar con el administrador e interceder por ella, pero la grifera me dijo: no, doctor, déme algo nomás ahora y el jueves que tengo libre puedo ir a buscarlo.

El administrador nos miraba de reojo, y aunque estaba atento a los hechos, lo notaba indiferente a la situación de la pobre chica, mientras que a ella casi se le escapaban las lágrimas.

Si le cuento esto a mi abuela Cristina, seguro que me habría dicho: “le hubieras metido un trompón a ese señor”. Por cierto que ella no sabe de capitalismo salvaje. Ella sólo sabe de justicia y solidaridad.

Le di unas muestras médicas que tenía en el auto, junto con una nota para que me buscara mañana… o tal vez el jueves que tiene libre.

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