Los
hechos ponen en evidencia cada día que la experiencia de este emblemático
hospital chalaco bajo la tutela del Gobierno Regional (GRC) no está resultando
favorable para el cumplimiento de la visión y la misión de la institución.
Los
objetivos de las instituciones del estado deben guardar estricta coherencia con
las necesidades de la población; significa que, en el caso de los hospitales
nacionales, deben ser parte importante de la Gran Red Sanitaria Nacional, toda
vez que su mayor capacidad resolutiva los ubica como centros de referencia nacional.
Los hospitales nacionales y la
regionalización
Bajo
el concepto de Red Sanitaria Nacional, los objetivos de los hospitales deben
articularse con los Planes de Gobierno correspondiendo al Ministerio de Salud (MINSA) como
parte del ejecutivo, en cumplimiento de su rol rector, establecer lo necesario
para que los planes y programas regionales se hagan bajo este enfoque de
gobierno nacional.
La
experiencia de la regionalización debe ser evaluada bajo este principio, porque
de no existir la lógica racionalidad se darían desajustes en el cumplimiento
de los objetivos de las instituciones.
Cada gobierno regional establece su agenda
Bajo
las tentaciones de manejo político partidario y la poca capacidad gerencial en
materia de salud, los establecimientos de salud empiezan a sufrir los efectos
de esta manera de hacer las cosas.
Tal
parece ser, pues los establecimientos de salud aparecen como priorizados para
realizar acciones efectistas, que a lo más darían solución puntual a determinados
casos, pero que no van con lo que define la misión de estos grandes hospitales nacionales
ni con enfoques de salud pública.
La ineficiencia aparece como la norma
Los funcionarios
encargados de la gestión sanitaria del hospital están revelando que NO ESTAN
para el cargo. La ineficiencia aparece como la regla.
Todas
las mañanas el personal que se incorpora a trabajar, que sale sus hogares con
mucho ánimo para encontrarse con sus compañeros de trabajo y realizar eficientemente sus
funciones, se topa con la muestra más visible de una incapacidad de gestión,
pues desde hace varios meses funciona sólo 1 ascensor. Todos los demás están inoperativos.
Se
dan cuenta lo que significa para un hospital de 8 pisos, con casi 500 camas,
que tiene pacientes y personal en todos los pisos, que sólo cuente con un único
ascensor funcionante, al cual pugnan por entrar tanto el personal asistencial, los
pacientes, el personal de nutrición que debe también a esa hora subir los
alimentos a los pacientes. Indudablemente que un verdadero caos.
Este
caos se convierte en la primera fuente generadora de conflicto en la institución,
pues cambia el estado de ánimo con el que ingresó a laborar el personal y
afecta la fluidez de los procesos internos en la atención de los pacientes.
Si
esto viene dándose desde hace varios meses sin que solucione, da margen a
varias interpretaciones, inclusive pone en tela de juicio la capacidad de
gestión de las autoridades y de paso afecta también el prestigio del gobierno
regional.
Otro
caso preocupante es la falta de insumos. Cómo entender que un hospital de referencia
nacional tenga tales niveles de desabastecimiento de insumos que muchas veces carece
de reactivos para exámenes básicos, del I Nivel de atención (de Posta, podría decir
alguien), lo que determina que los pacientes deban acudir a establecimientos
cercanos para hacerse estos exámenes, afectando su economía, máxime si están
coberturados por un Seguro Público.
El Hospital debe volver al MINSA
Los
hechos señalados no son sino la punta del iceberg, por el cual los trabajadores
señalan que el hospital debe volver al MINSA.
Para posibilitar esta acción, tal vez sea necesaria revisar las normas de la transferencia de funciones, pues sólo los establecimientos del I Nivel debían haber sido transferidos.
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