La aceptación que tiene la LISTA 1
en el Callao nos revela que es un clamor de los médicos la necesidad del GRAN CAMBIO,
que signifique dar un enfoque diferente al Colegio Médico.
En general, la opinión que tiene el médico
peruano de su colegio no es favorable a este organismo, ya que considera que le
sirve de muy poco; que nuestros aportes se utilizan para engordan el área burocrático
administrativo; que no existe rendición de cuentas; que existe una gran brecha
comunicacional entre los dirigentes y los agremiados; en general más son las
insatisfacciones que las satisfacciones.
De las expectativas locales a las necesidades generales en el sector
Los médicos siempre hemos esperado de nuestro
colegio profesional una institución que atienda las necesidades más sentidas en
el campo profesional y de desarrollo profesional; que ha incluido la necesidad
de tener espacios recreacionales para él y su familia, tanto en Lima como en
provincias; las facilidades para la capacitación; la implementación de
Programas de Vivienda; la protección legal de la profesión para hacer frente a
denuncias infundadas de pacientes, alimentadas por un sector abogadil mal
orientador y del sensacionalismo amarillo de los medios de comunicación que no
vacila en dañar la imagen profesional sólo por cuestiones de “rating”.
El crecimiento médico se da de espaldas a la realidad
El número de profesionales médicos se viene
incrementando irracionalmente año a año sin que exista un Plan Regulador de
parte del estado, donde en esta anarquía, las universidades privadas en su afán
de lucro están conduciendo a la profesión a la sobreoferta con las
consecuencias que ya se ven en el horizonte profesional y a un “adelgazamiento”
de las competencias profesionales de los nuevos médicos así formados.
De otro lado, no obstante existir déficit de
médicos especialistas en nuestro país, las universidades siguen dando el mismo
número de vacantes para el residentado médico de hace muchos años, como si la
realidad se hubiera mantenido estática, lo que determina que no se pueda cubrir
las necesidades de especialistas a lo largo y ancho del país.
Para agravar la cosas, desde este mismo estado
ciego, lleno de funcionarios incapaces de dar soluciones contingenciales, las
oficinas del Órgano de Control Institucional prohíben al médico colaborar con
los establecimientos que requieren sus servicios, bajo el argumento que no se
puede trabajar en 2 instituciones públicas, no obstante que no afecta el número
de horas y que el profesional se ve obligado a vender su fuerza de trabajo para
completar un presupuesto familiar insuficiente, a costa de afectar su salud.
El trabajo médico en el sector público y sector privado
Desde la década de los noventa, se da en el
país la llamada “reducción del estado” con la flexibilidad del empleo, que dio origen
a los SNP (servicios no personales) y luego a los CAS (contratos de
administración de servicios) en todo el sector público, lo que ha generado una
normatividad laboral anárquica, que finalmente afecta al contratado.
En ese contexto se da también la Ley de Modernización
de la Seguridad Social que incrementa la participación del sector privado vía
las EPS, donde el médico especialista principalmente, busca opciones de
trabajo, a expensas de ilusiones, pero en condiciones asimétricas frente al
gran empleador.
Frente a esta realidad, aparece la acción de la
Federación Médica, pero que cubre sólo una pequeña porción del universo médico,
es decir, los que tienen un puesto de trabajo en el sistema formal.
El Colegio Médico y la Salud Pública
Existen regiones del país donde los gobiernos regionales
en su voracidad por apropiarse de puestos públicos no han vacilado en copar
cargos técnicos con gentes de sus canteras, quienes sin el perfil para el cargo
han desplazado a los profesionales del sector aún en los puestos pequeños donde
exista una remuneración al cargo por mínima que esta sea.
Esto ha traído como
consecuencia un retroceso en los enfoques sanitaristas del sector, produciendo graves
desabastecimientos de insumos, una afectación en el desarrollo de las instituciones,
así como un retroceso en las actividades de salud pública, las cuales históricamente
han estado orientadas a mantener indicadores sanitarios adecuados en el país a
través de las “Funciones Esenciales de Salud Pública”.
La intervención del Colegio Médico
Corresponde entonces al Colegio Médico
intervenir en esta problemática para plantear soluciones a favor de la orden
médica, pero también de la sociedad en el campo de la salud, por lo que los
Consejos Regionales y el Consejo Nacional deben actuar en estos diversos
escenarios planteados.
En ese orden de ideas, es urgente el
GRAN CAMBIO
conceptual en el seno del Colegio Médico, que combine la experiencia con la
sangre joven de la profesión.
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