Ser pardino es un sentimiento.
Los 12 de octubre de cada año, los pardinos
celebramos el aniversario de nuestro colegio siempre de una manera especial,
con un sentimiento que nos lleva a participar gallardamente en el “Desfile de
las Promociones”. Se trata de un compromiso con nosotros mismos y que involucra
a nuestras familias, quienes nos acompañan en las actividades que venimos
participando.
I así, vamos llegando de todos los lugares
desde donde nos encontremos para cumplir con ese compromiso sagrado, no
escrito, pero implícito en la mente y el corazón que representa la actitud del
exalumno pardino.
Entonces vemos como desde bastante temprano, la
avenida Luis Gálvez Chipoco, o avenida Pardo, que nos lleva desde la Plaza de
Armas hasta el colegio, era todo un hormiguero, con un ir y venir de personas,
todos sonrientes, saludándose al paso aun sin conocerse o tener algún grado de
amistad, sino que es el saludo de un pardino a otro pardino en esta fecha
memorable.
Ya al ingresar al colegio nos encontramos con
el patio principal repleto de exalumnos, todos vestidos para la ocasión, con la
mar de abrazos por doquier, reconociéndonos, porque en muchos casos sólo nos
vemos una vez al año, en estas circunstancias, aunque algunos también lo hacen
después de un tiempo mucho mayor, que por razones de fuerza mayor no han podido
cumplir con este compromiso y su presencia en el colegio expresa que ahora sí
estamos cumpliendo.
“El Desfile de las Promociones”
Luego vendría el caminar entre esa gran masa de
participantes para incorporarnos a nuestras promociones. La mía es la del 1964.
Una vez agrupados nos fuimos colocando en el orden que debíamos desfilar,
estando más adelante la promoción más antigua, que me parece ha sido la del año
1950, según la banderola que llevaban, lo que significa que han terminado la secundaria hace 68 años,
y que si a ello le sumamos la edad promedio a la que termina un alumno, le sumamos
16, tendríamos que la edad de los integrantes de esta promoción estaría alrededor
de los 84 años.
El desfile se realizó en la Plaza de Armas que
desde tempano había sido cerrado tránsito vehicular y se habían instalado las
tribunas, las cuales se encontraban totalmente abarrotadas de gente que
aplaudía con mucho entusiasmo al paso de las promociones, que marchaban
gallardamente a los sones de la Banda de Guerra integrada exclusivamente por
exalumnos.
Los almuerzos del reencuentro
Terminado el desfile, las promociones se dirigían
a los restaurantes campestres de la provincia, con los cuales se habían
comprometido para ser el lugar del almuerzo del reencuentro.
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