La pizarra nunca muere (es nuestro Plan B)
Esta mañana al llegar a la universidad para desarrollar
las actividades académicas me recibió Rubí, la Srta. Delegada, quien -como es habitual
en ella- se había preocupado por tener listo el proyector de slides para la
clase que iba a estar a mi cargo, así ya el día anterior me había solicitado las diapositivas para que estuvieran cargadas en la computadora del aula, es decir todo debía estar ok para iniciar la clase.
Sin embargo, me llamó la atención que ella no tuviera en ese momento la sonrisa que la caracteriza, pues la noté algo preocupada, tal que con un tono apenado me dice: “Profesor
William, le tengo malas noticias”. La miré sorprendido y rápidamente pregunté para mis adentros ¿cuáles serán esas malas noticias?, ¿que habrá pasado?, por lo con el deseo de conocer
los detalles de esa "mala nueva" le respondí, “lo que haya pasado o esté pasando espero
no sea algo trágico”.
“No profesor, es que la secretaria me ha
entregado este documento en el cual se señala que por razones de mantenimiento se cortará el fluido eléctrico a las 9 am en la Escuela de Obstetricia”. Visto el tenor de dicha carta, debía considerar que
de repente a mitad de la clase se cortaría la luz.
“¿Entonces habría que reprogramar la clase?” me
preguntó. “No creo, le respondí, tu bien sabes que “la pizarra nunca muere”, por
ello, para el manejo de contingencias como las de ahora siempre tengo en mi maletín
un set de plumones de colores variados y una mota, así que “de todas maneras
desarrollaremos la teoría”.
Entramos al aula, saludé a las estudiantes e iniciamos
la clase con plumón y pizarra.
Lima, 23 de octubre de 2018
Etiquetas: Universidad
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