domingo, 20 de octubre de 2024

Telemedicina e Interculturalidad

Recientemente me he incorporado a las actividades de acción social de SANNA salud que mediante el uso de telemedicina itinerante, viene brindando atención médica a la población nativa de la zona de Atalaya, un lugar a orillas del río Ucayali, en la selva central del Perú, donde las comunidades indígenas de Misión Unini, Toniromashi y Maldonadillo, carecen de servicios básicos de agua potable, saneamiento e higiene, situaciones que constituyen factores de riesgo para enfermedades infectocontagiosas.

Acciones multiactor

Es importante señalar que se trata de actividades conjuntas de un proyecto piloto, donde participa SANNA salud, Supermercados Peruanos S.A, CEDRO, la Municipalidad de Atalaya, el Gobierno Regional de Ucayali y la Marina de Guerra del Perú.

La telemedicina

Las atenciones de telemedicina constituyen un interesante procedimiento de atención médica a distancia, a través de consultas online, a estas comunidades.

En este caso, se trata de actividades asistenciales que corresponden al primer nivel de atención, es decir patologías de baja complejidad, o capa simple, las cuales constituyen un importante porcentaje de las enfermedades en estos los centros poblados, considerando los factores de riesgo existentes.

Desde la ciudad capital y con el soporte tecnológico planificado, me conecto a la computadora a una hora determinada con el objetivo de brindar la atención a los pacientes que han sido comunicados con antelación.

En el centro de salud se cuenta con el apoyo de técnicos de enfermería, quienes se encargan de presentar a los pacientes, y de acuerdo con el diagnóstico, hacerle entrega de los medicamentos. Es importante tener en consideración la necesidad de determinar aquellos casos que por sus características, deben ser referidos a un centro de mayor capacidad resolutiva, como es el Hospital de Atalaya, lo cual no es simple, dada la distancia y las dificultades para su traslado.

La interculturalidad

En un enfoque de interculturalidad, es necesario reconocer que los pacientes de estos poblados nativos tienen usos y costumbres bastante diferentes de los que tenemos en la ciudad capital, por lo que el apoyo de los técnicos de enfermería resulta vital, en razón a que ellos son de la zona.

Recordemos que la interculturalidad es el reconocimiento de las diferencias en las visiones y concepciones de bienestar que busca generar un espacio de equidad e igualdad de oportunidades y derechos entre los grupos étnico-culturales.

La necesidad de la planificación familiar

Los pacientes que venimos atendiendo tienen como actividad principal la agricultura. No obstante, un hecho que llama la atención es que las señoras acuden a la consulta con una gran cantidad de niños, los cuales son sus hijos, obviamente; y cuando les pregunto sobre su paridad refieren que tienen como promedio 8 hijos e indican que su primer embarazo fue antes de los 18 años.

Según la Encuesta Nacional Demográfica de Salud (ENDES) la tasa global de fecundidad (TGF) en la zona rural de Ucayali es de 6,4 hijos por mujer.

Esto significa que la estrategia de planificación familiar del Ministerio de Salud no llega a esa zona, de manera que el derecho que tiene toda persona a decidir de manera libre y responsable sobre el número de hijos y el momento en que los tendrá deviene en una simple perorata.




 

Lima, 20/10/2024

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domingo, 13 de octubre de 2024

Declaración de amor

 En el año 1965, cuando ingresé (en una) a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos para estudiar medicina, conseguí la revista “Estudiante sanfernandino”, revista oficial del Centro de Estudiantes de Medicina (CEM) de San Fernando.

En sus páginas estaba presentado como un artículo, la “DECLARACION DE AMOR” escrita aparentemente por un estudiante del primer año de medicina, utilizando términos de anatomía, que es el curso base que se enseña en ese año de estudios.

Por su interés la estoy copiando a mi blog, en razón a que es sumamente difícil encontrarla en la red, no obstante los poderosos motores de búsqueda de internet.

Según se anota a pie de página, fue tomada -en su época- de la revista “Sendas” del Centro de Estudiantes de Medicina de Chile.


Declaración de amor

De Jean Claude Anonime

 

¡Oh, mi bella Sacarina!
Desde la encrucijada ventricular de mi vida,
te nombro con mis raíces medulares anteriores, con mi líquido cefalorraquídeo,
con mis ramos comunicantes y mi aparato neurovegetativo.


Yo se bien que no soy el Gran Simpático,
ni poseo el árbol de la vida,
sólo tengo la bóveda palatina de mis sueños
donde amarte yo quisiera … con todo mi páncreas …
mi epiplón mayor … con toda fuerza electromotriz
de mi pobre e hipertrofiado corazón

 

Tus pupilar midriáticas me han echado
su red venosa de coquetería,
y desde entonces llevo en mi peto costo esternal,
clavada la espina de la tibia.
Quisiera hoy montar en alas del esfenoides
y llegar presuroso hasta tus circunvoluciones cerebrales,
para que pienses en mí y te des cuenta,
Quisiera me des un espacio poplíteo, digo propicio,
para poder contarte todo lo que te quiero

 

¡Cuántas veces te he visto mudo de asombro,
desde las columnas de Bertín,
con tus cejitas cotiloideas arregladas,
¡Sin que tú me ligues siquiera con tu ligamento redondo!
El otro día paseabas por el centro medular hemisférico
con tu capita cortical gris.
¡Estabas un botón embrionario de linda!
Llevabas una blusita bilirrubínica con una escotadura atrevida
¡Diría que era la escotadura ciática mayor!
A través de la cual se insinuaban tus senos carotídeos,
¡Oh, mi diabético amor!

 

Te escribo esta carta reflejo acondicionada,
desde la celda palmar de mis ansias,
en el ala gris de esta tarde de invierno,
para declararte el laberinto membranoso de este amor
que por ti siento, pues, ¡no miento!
Aauí ya tengo el anillo crural para tu dedo
y apenas pase de curso te prometo matrimonio.

 

Compraremos en la tienda del cerebelo
la tela coroidea para tu traje de novia,
el velo del paladar blando y la cintilla sub-pubiana
que en rozón sujete tu aponeurosis epicraneana
Atravesaremos el arco femoral. Con tus patitas de ganso
tomada de mi mano, bajo la bóveda rosada de los pilares del diafragma
y al compás de Keith y Flack y Aschoff-Tawara
tocarán la marcha nupcial las rótulas de mis compañeros.

 

Unos tocarán sus cornetes, otros las trompas de Eustaquio,
otros las de Falopio… Llegaremos así entre ramos y ramas venosas
y arteriales hasta la oliva bulbar.
Allí estará nuestra Pía Madre con su corona radiante de Reil
y su túnica peritoneal.

 

Un curita de delantal blanco.
no como el que uso en la escuela, nos dará su bendición
Tomaremos luego en los cálices renales un sorbito de buen tinto
nos haremos el signo de Babinsky, y … ¡por fin!
¡¡¡Casados, ligados, articulados en eterna esquindilesis!!!
Ese día, mi dislocada sacarina, habrá y trago y más trago,
¡nada de antitrago! y todos danzaremos con Corti y si organito
tomados de los carpos, el baile del Sambito.

 

Te llevaré en luna de miel a las lagunas de Morgagni.
Atravesaremos el Puente de Varolio,
visitaremos la meseta tibial
y bajo el plexo solar de mi dicha incontenible,
formaremos nuestro hogar.
No existirá el triángulo de Scarpa en nuestro anastomosado matrimonio
ni tu ni yo nos pondremos los cuernos anteriores de la médula
y estaremos siempre juntos, unidos por nuestros signos contrarios.

 

Para ello, el cuarto ventrículo tengo elegido en mi cabeza,
te subiré en brazos por el escaleno anterior,
atravesaremos el umbral renal,
y dejando en el lecho ungueal tu cuerpo calloso,
apoyaré tu oblonga cabellera
en la almohadilla adiposa de la cavidad cotiloidea,
y sentado en la silla turca
y llevando mi pipa en la tabaquera anatómica,
te veré, enamorado, desde el ángulo anterior de las costillas.

 

Será nuestro amor más estrecho que el estrecho inferior de la pelvis
y para que tu duramadre y tus tías no disloquen nuestro idilio,
te juro por la Crista Galli,
que con la mortaja tibioperonea,
las enterraré en la fosa de Silvio.
Te prometo todo esto, todo esto y algo más
mis apuntes, mi fonendo, mi pechera y bisturí,
y nada de politiquería,
pues no me interesa ni medio, la” hoz” del cerebro,
no el “martillo” del oído medio,
ni las “falanges” de mis cinco dedos.

 

Todo esto yo te ofrezco, Sacarina de la sangre mía,
porque erres para mí … ¡un día de asueto!
¡Las vacaciones de invierno!
Mi insulina, hormonas, ATP y antitoxinas.
En fin, eres para mí, Sacarina.
¡¡¡La aprobación de mi curso de Medicina!!!

 

(De la revista “SENDAS” publicada por el C.E.M. de la

Facultad de Medicina de la Universidad de Chile)


Lima, Octubre 2024

 

 

 

 

 

 


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