Un brindis inolvidable con vino pinot
Hace unos días revisaba algunos temas
publicados en el muro de Facebook de “Literatura Chinchana”, donde para
sorpresa encontré un artículo sobre la industria vitivinícola de la provincia
de inicios del siglo pasado.
En esa lectura encontré la
referencia a la bodega Arena, lo cual rápidamente me trajo a la memoria uno de
los recuerdos más agradables de mi vida, ocurrido precisamente es esta bodega.
En la época en que ocurrieron los
hechos, mi hermano Lucho, trasportaba vinos de esta bodega con destino a Lima;
y debido al prestigio de los vinos chinchanos en la capital, realizaba varios
viajes al mes en su antiguo camión Ford. Yo, que en esa época era estudiante
universitario, lo ayudaba en mis vacaciones, cargando y descargando esta
preciosa mercadería.
Resulta, que un 19 de marzo, día
de mi cumpleaños, estábamos en la Bodega, subiendo el vino para llevarlo a la
capital.
Entonces mi hermano le manifiesta
al señor Arena que yo estaba de cumpleaños. Grande fue mi sorpresa, cuando él
me pregunta en qué año había nacido. Le dije, en 1948.
Un momentito, me respondió. Se
dirigió al interior de la bodega y regresó con una botella de vino tinto Pinot,
que me dijo era justamente del año de mi nacimiento, lo cual me llenó de
satisfacción, pues solo unas pocas personas podían gozar de este privilegio
Lo tomamos y creo que hasta ahora
no he probado un vino tan exquisito como el de ese día.
Callao, 30 de octubre de 2020
Etiquetas: Chincha querida, Crónicas