jueves, 28 de julio de 2011

Las lágrimas hay que convertirlas en acción.

El martes último, pasado el mediodía, al ingresar al local del Colegio Médico del Callao para la sesión de comité, saludé instintivamente a las 2 personas que se encontraban en la sala de espera; pero tuve una súbita sensación que detuvo mi andar, para volver a mirar a las personas a quienes acababa de saludar. Sus rostros me resultaban conocidos.

Se trataba de una señora con un joven. Al mirarlos pude percatarme de quienes eran, pues a fuerza de aparecer diariamente en la televisión ya los tenía como personajes familiares. Además, de alguna forma me había involucrado con ellos por una publicación que había colocado en el blog (ver enlace). Era la mamá del desaparecido Ciro Castillo, quien estaba acompañada de su otro hijo, Antonio.

Me acerqué a saludarlos y a partir de ese momento transcurrió una conversación intensa acerca de los momentos penosos que atraviesan. Mucha información no conocida y también muchas anécdotas de este período de más de 100 días durante los cuales nombres como valle del Colca, Chivay, Madrigal, nevado de Bomboya, pertenecen a su actual espacio – tiempo sin que jamás hayan pensado que eso sucedería.

En un momento de la conversación ingresó la llamada telefónica de Ciro padre, con quienes hemos venido laborando en el Carrión. Al saludarlo le hice mención que no sólo mi familia, sino todo el hospital estamos solidarios con ellos, siempre atentos al desarrollo de los acontecimientos y esperando el mejor desenlace.

Un ejemplo de valor

Toda la vida se les ha trastocado. Antonio ha tenido que ir al Colca para estar al lado de su padre y María Gracia está al lado de la mamá, por lo que ambos han tenido que suspender sus clases en la universidad.

Antonio nos decía que no hay tiempo para la depresión; que se deben levantar casi a las 4 de la mañana, pues las tareas de búsqueda deben hacerse con la luz del día; que vuelven del monte a las 4 de la tarde y a partir de ese momento deben preparar las mulas con el avituallamiento del día siguiente para el personal que participa en la búsqueda en el valle del Colca.

Es cierto, manifestaba, que en algún momento, sobre todo en las noches, cuando se encuentran en el interior del alojamiento, les salen algunas lágrimas, ante las cuales Ciro padre dice: ¡Las lágrimas hay que convertirlas en acción!

Y vuelven a preparar las tareas del día siguiente…

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lunes, 25 de julio de 2011

Hantavirus, un problema de salud pública

Es un hecho que la última semana no ha sido muy grata para los “salubristas”, debido a la noticia de la aparición del primer caso del mortal “Hantavirus” en nuestro país, en la ciudad de Iquitos.

De acuerdo al comunicado oficial del Ministerio de Salud, una mujer de 29 años ingresó al hospital con un tiempo de enfermedad de 18 días, con síntomas de fiebre alta y dolor abdominal, evolucionando desfavorablemente y falleciendo por insuficiencia renal el 21.07.2011.

Esta enfermedad es causada por un virus, cuyo nombre se debe a partir del hecho de haberse reconocido los primeros casos de infección por virus Hanta a orillas del río Hantaan, en Corea.

El contagio puede ser mortal. Entre un 30% y un 40% de las personas contagiadas muere, siendo la principal causa de muerte el “síndrome cardio-pulmonar”

¿Qué es el Hantavirus?

Las «hantavirosis» (IHV) son enfermedades infecciosas, zoonóticas, que afectan al ser humano con un mecanismo de transmisión biológica mediado por roedores.

Las infecciones por Hantavirus (IHV) comprenden principalmente dos cuadros clínicos:

a) la fiebre hemorrágica con síndrome renal, y

b) el síndrome pulmonar por Hantavirus.


¿Cómo se produce el contagio?

La infección por hantavirus se contrae al respirar aire contaminado con heces, orina o saliva de determinadas especies de ratones silvestres o a través del contacto directo con esos ratones o sus excretas o a través de mordeduras.

Hantavirus spp. son muy vulnerables al aire libre y aun más a la luz del sol, expuesto a la cual sobrevive sólo dos horas. Por tanto los lugares cerrados como bodegas, alacenas, galpones, cuevas y casas abandonadas son los sitios más comunes de contagio.

No hay transmisión de persona a persona.

Manifestaciones clínicas

Al inicio del cuadro clínico los síntomas son muy similares con la gripe. Se presenta dolores musculares, fiebre, dolor de cabeza, tos, náusea ó vómito, diarrea y dolor abdominal. Sin embargo, el síntoma primario de la enfermedad es la dificultad de respirar.

Tratamiento

No existen vacunas, antibióticos, ni profilácticos contra este mal. Por ello el manejo es sólo “de sostén”, es decir actuar sobre las manifestaciones visibles, lo cual obliga a internar al paciente hospitales que cuenten con los medios adecuados para este fin.

Medidas preventivas

Visto que no existe tratamiento específico, es sumamente importante que la población, sobre todo aquella que vive en zonas de riesgo epidemiológico, tome conocimiento de las principales medidas orientadas a prevenir la enfermedad, lo que incluye el saneamiento ambiental.

El virus es sensible a la mayoría de los desinfectantes animales domésticos comunes (Hipoclorito diluido, detergentes, etc.). por lo que basta la aplicación de uno de estos productos para inactivarlos.

La prevención del contagio se logra limpiando frecuentemente y asoleando las casa y bodegas; usando mascarilla cuando se deba ingresar a trabajar o manipular objetos en lugares cerrados u oscuros, destapar cajas o extraer elementos de ellas o de sitios donde han estado almacenados y lavando todo objeto que se adquiera o cuya procedencia se desconozca.

Adicionalmente, se debe tener el cuidado a la hora de eliminar a los roedores, por lo que se recomienda rociarlos con lejía, manipularlos con guantes o bolsa de plástico y enterrarlos o quemarlos de inmediato.

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