Réquiem por la señora Charito
Ha fallecido la señora Charito,
quien tenía un restaurante en el jirón Puno del Cercado de Lima, al lado del Jardín Botánico, lugar
donde almorzábamos muchos estudiantes de Medicina y de Farmacia en aquella
época.
También daba pensión y yo fui beneficiario de este servicio de
precios bastantes módicos para estudiantes universitarios de entonces.
La señora Charito no solo tuvo un corazón inmenso, de gran generosidad, sino que en lo fundamental fue ejemplo de mujer emprendedora, porque diríamos que así, casi de la nada,
logró poner su restaurante que con el tiempo lo fue ampliando y servir de
referencia a muchas personas de la zona, vecinos del jirón Puno y alrededores
que también hacían uso de este servicio.
Yo recuerdo que ella iba
casi de madrugada al mercado de La Parada a comprar por volumen, lo que le
permitía sostener el costo de sus menús.
Ahí conocimos a muchas personas
con quienes hicimos amistad a fuerza de compartir la mesa diariamente. Muchos
son profesionales y eventualmente nos comunicamos vía redes sociales.
Cuando mis hijos eran pequeños, visitábamos
a la “Tía Charito” como ellos cariñosamente le decían, para que fueran
entendiendo que en la vida hay que saber agradecer. (dar, recibir y devolver).
Por ello, esta madrugada al enterarme de esta triste noticia, me ha embargado una inmensa la pena, pues no solo que no la esperaba, mucho menos en esta fecha, porque aun cuando se trata de una muerte natural, es decir de causa No Covid, para muchos de nosotros será bastante difícil acompañar a sus deudos en el velorio, dado que nos encontramos confinados en nuestros domicilios y en mi caso, con fuerte impedimento familiar para participar en reuniones de cualquier índole.
Escribo estas notas cargadas de
tristeza, pero que me han permitido a la vez recordar los momentos de sana alegría
que tuvimos los comensales del restaurante de la Señora Charito.
Señora Charito Urteaga de Ortiz, descanse en paz. RIP.
Callao, 27/12/20
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