jueves, 19 de enero de 2017

Alto a los métodos intimidatorios en el Callao

Estar tarde, alrededor de las 4 pm. un colectivo integrado por personas de ambos sexos y diferentes edades empezó a agruparse en la última cuadra de la avenida Venezuela de la Provincia Constitucional del Callao para iniciar una “marcha anticorrupción”. Para tal efecto portaban una banderola donde se leía “Colectivo Nacional Corrupción Nunca Más”. Además portaban algunos carteles con mensajes similares en contra de la corrupción.



La marcha inició su camino desplazándose por la auxiliar de la avenida Juan Pablo frente a la Universidad del Callao. Encontrándome cerca, por la zona de las fotocopiadoras, hice algunas tomas fotográficas, que ahora me sirven justamente para este artículo sobre un hecho que jamás pensé que podía ocurrir.

Era una marcha pacífica integrada por cerca de un centenar de personas quienes portaban una banderola que sintetizaba el carácter de esta movilización indignada por el escándalo de corrupción que ha remecido los cimientos de la clase política de nuestro país y que compromete a los últimos gobiernos.

Se ha utilizado delincuentes contra una marcha pacìfica

De pronto, pude percatarme que por una de las transversales de esta avenida apareció un grupo de jóvenes cuyas edades oscilaban entre los 20 y 26 años. Todos ellos, absolutamente todos, tenían un aspecto delincuencial, lo cual no es difícil darse cuenta por quienes vivimos ya varios años en esta provincia y que por cuestiones de trabajo vemos a diario a gente de estas características, de manera que no había equivocación. Tenían aspecto delincuencial.

Me llamó la atenciòn que aparecieran en grupo y todos fueran caminando rápidamente por la vereda tratando de acercarse a la marcha anticorrupción. Intuí que se dirigían a la marcha con fines “non sanctos”. No pude seguirlos porque esa parte estaba llena de vehículos, pero en cuanto pude me acerque a la marcha pensando en la hipótesis planteada. Al llegar donde estaba el colectivo pude notar que la banderola había desaparecido. El grupo se había subdivido en varios subgrupos que intercambiaban comentarios entre sí, pero no estaba la banderola.

Del lado de los manifestantes se dejaban escuchar voces de protesta porque habían sido atacados justamente por ese grupo de personas de aspecto delincuencial quienes utilizando el factor sorpresa atacaron a los manifestantes arrebatándoles la banderola, tirándolos al suelo y amenazándolos así como profiriendo palabrotas de grueso calibre para fugarse entre las calles de la Ciudad del Pescador. Luego la avenida se llenó de policías.



A quien le interesaba atacar esta marcha y quitarles la banderola?

Era una marcha pequeña y pacífica, donde resaltaba la banderola que era de grandes dimensiones. Por ello, arrebatarla era el objetivo del grupo.

Por supuesto que el propósito de ese grupo de sujetos de aspecto delincuencial no era asaltar personas en ese momento, sino que respondían al mandato de algún personaje local a quien la palabra corrupción le debe producir urticaria. 

El asunto es identificar a quien los contratò, porque se trata de acto inaceptable que debe analizarse bajo una mirada política porque el Callao parece ser otro país, donde no entra el gobierno nacional y bien podría echarse mano a sicarios y otros delincuentes al servicio de políticos.

El parlamento debe intervenir

Dada la trascendencia de este hecho y desde una mirada en perspectiva, creemos que es necesario que el parlamento forme una Comisión Investigadora porque, porque finalmente de lo que se grata es de intimidar a la sociedad civil para que no proteste ni demande una acción anticorrupción.


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