El Día del Paciente. La brecha entre el discurso y la realidad
Por alguna razón que desconocemos pareciera que estamos predeterminados a buscar conmemoraciones para tal o cual razón o circunstancia.
Tal vez por ello, los pacientes
del sistema de salud no podían quedar al margen de las conmemoraciones, de
manera que desde el año 2013 mediante Ley N° 30023 se estableció el 13 de
Agosto de cada año la celebración del “El
Día del Paciente”, la misma que fue propuesta del Colegio Médico pues
coincidía con la fecha del nacimiento del insigne mártir de la medicina
peruana, Daniel Alcides Carrión.
Una atenciòn personalizada
En los hospitales sobran las evidencias para demostrar que permanentemente brindamos a los pacientes un trato personalizado, que los hace compartir también sus momentos de alegría.
Los pacientes en el sistema neoliberal
Desde que nos iniciamos en la
carrera mèdica, aprendimos que la palabra PACIENTE
en un sistema de salud ES UNA PERSONA
que sufre dolor o malestar (ser humano en situación doliente nos diría en su
oportunidad un profesor de la escuela de medicina), resultando entonces que el
paciente es un sujeto y no un objeto.
En adición, diremos que en
términos sociológicos y administrativos, paciente es el sujeto que recibe los
servicios de un médico u otro profesional de la salud y se somete a un examen,
a un tratamiento o a una intervención.
Con la introducción del
neoliberalismo en el sector salud, de pronto esta definición se vio desplazada hacia
un concepto mercantilista, donde el histórico paciente nuestro de cada día, de
pronto empezó a ser llamado CLIENTE.
¿Que vivan los pacientes?
Si decimos “Que vivan los
pacientes”, tal frase podría tener algunas connotaciones tales como “claro
pues, que vivan”, como sinónimo que no mueran; pero en una celebración decir
“Que viva tal o cual cosa”, se refiere también a los vítores que expresan la
aclamación de alegría con que se aplaude a una persona o un suceso.
En el sector privado, tal vez la
frase podría acompañarse de la expresión que en las tiras cómicas tiene Rico Mac
Pato, el tío del pato Donald, cuando se trata de negocios, porque el tal parece
que sector privado “se dinamiza” con los pacientes quienes son vistos como una oportunidad
de negocio.
En el sector público también hay
quienes no escapan a esta lógica mercantilista cuando se trata de “llevarse”
pacientes, hecho que lógicamente está sancionado por el Código de Ética del
Colegio Médico, pues de todo existe en la viña del Señor.
No se trata entonces de ninguna
de estas razones, sino que el sistema sanitario está obligado a brindar una
atención de calidad al paciente, lo que significa proveer de los insumos
necesarios que permitan lograr este fin último de la prestación de salud, involucrando
de manera especial a los funcionarios que conducen los establecimientos de
salud, como también al personal que labora en los centros asistenciales,
públicos o privados.
Del discurso a la realidad y la responsabilidad de los “gerentes”
Es probable que los funcionarios
del sector salud, incluido el ministro tal vez y los directores de los
establecimientos encuentren esta fecha como una oportunidad propicia para
“tirarse un spich”, diría don Juan Veliz, un recordado personaje en mi natal
Chincha.
Si pues, entonces se hablará de
los derechos del paciente, de la ley tal, etc.; pero ese discurso alusivo a las
circunstancias resultará etéreo, cargado de frases vacías, pero que absolutamente
no se condice con las graves deficiencias que encontramos en los
establecimientos de salud que justamente son su responsabilidad gerenciar, como
por ejemplo en infraestructura, encontrando graves ineficiencias como es el
caso de aquel hospital de 8 pisos que los más de los días tiene solo un
ascensor operativo, dando margen a peleas continuas entre todos los que tienen
urgencia de utilizar este equipo de transporte hospitalario.
Ni digamos de la falta de
medicamentos e insumos médicos que obliga a que los pacientes pobres, coberturados
por el Seguro Integral de Salud (SIS) justamente porque son pobres según la
categorización económica, tengan que hacer gasto de bolsillo afectando más su
ya raída economía.
Los “gerentes” son campeones eludiendo su responsabilidad
Pero estos gerentes improvisados,
sin capacidad técnica que los lleve a tomar las mejores decisiones para mejorar
un sistema precario, son además incapaces de ser autocríticos y en el extremo
del cinismo colocan sendas pancartas induciendo a la queja contra el personal
de salud y de esa manera aparentar como que ellos si están preocupados por la calidad
de la atenciòn.
Lima, 12 de agosto de 2015.
Etiquetas: Hospital, Política, Salud Pública