Trabajo en Equipo
En los cursos de Gerencia,
Administraciòn o Gestión de la Calidad se hace énfasis en los Equipos de Alto Rendimiento,
considerando como tal a aquel que consigue un elevado nivel de resultados con
una elevada satisfacción y motivación de sus integrantes.
Desde el lado teórico esto representa
un ideal de las organizaciones, porque dónde no se quisiera impulsar el
desarrollo de estos equipos que llevarían al mejoramiento de la calidad de los
servicios, máxime si se convierte en una estrategia “win – win” (ganar – ganar),
es decir donde los propios actores de estos procesos encuentran satisfacción en
la realización de sus actividades y de los resultados finales.
Pero como sucede a menudo, muchos
de estos conceptos tienen el riesgo de convertirse en retórica vacía por cuanto
representa retos al equipo de gestión que deben impulsar el liderazgo en sus
trabajadores y no siempre se está en capacidad de organizarlos.
Su implementación y el éxito de
los mismos dependen de un conjunto de variables que incluyen no solo la
voluntad de los gestores sino de los perfiles de personalidad “de rey a peje”, porque
trata de impulsar trabajos coordinados donde el elemento central es el ser
humano, cuyo comportamiento tiene la variabilidad de sus complejidades, tal
como se ve cuando analiza en la cultura organizacional.
El reconocimiento es importante
El ser humano siempre estará ávido
de ser reconocido por las actividades que realiza. Este concepto es
indispensable en el liderazgo de las organizaciones.
Recuerdo que en la Maestría de Gestión
Gubernamental que hicimos en la desaparecida Escuela Superior de Administraciòn
Pública (ESAP), el Profesor Jurado hacía hincapié en este gesto diciendo “Cristo
toca”, es decir todos esperamos “ser tocados” por los líderes, lo que significa
finalmente “ser reconocidos” y en consecuencia saber que no somos objetos del
proceso productivo, sino sujetos del mismo con capacidad de dar opiniones y sugerencias
a partir del conocimiento que se va adquiriendo en el desarrollo de las tareas
o de las actividades en las cuales se es partícipe, sintiendo que tienen cierta
autonomía a la hora de tomar decisiones sobre su trabajo.
El líder inteligente (¿redundancia?)
entiende el concepto y promueve la participación, porque este refuerzo
potenciará la motivación de los empleados y favorecerá que trabajen más
contentos y en consecuencia, de forma más eficiente.
Una experiencia interesante
He posteado en redes sociales algunos
conceptos sobre este tema, colocando las siguientes frases:
“Habíamos iniciado un trabajo en
equipo conociéndonos solo a través del hilo telefónico y de las comunicaciones
virtuales. El fin de año ha servido de pretexto para confraternizar en un
almuerzo que expresa el reconocimiento a su compromiso con el Programa de
Atención de Enfermedades Crónicas No Transmisibles. Full punche mis amigas!!!”
Etiquetas: Misceláneas, Universidad
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