La diabetes, la pobreza y la ineficiencia del estado
La diabetes, la pobreza y la ineficiencia
del estado
(En el día de la diabetes)
Esa tarde acudí al domicilio de un paciente a quien llamaremos Jimmy con
el fin de hacerle su evaluación mensual por diabetes mellitus.
Toqué la
puerta y me atendió una señora que por la edad bien podía ser la madre del
paciente. Al verla no pude contener mi adicción semiológica y entonces a partir
del análisis visual de su rostro plantee la hipótesis que si era la mamá entonces
estaríamos ante una paciente portadora de nefropatía diabética, toda vez que su
facies era pálida y edematosa.
Me explico
En la expresión
semiológica la facies se refiere al aspecto o expresión de la cara, de manera
que en cristiano significa que la hinchazón de la cara probablemente era por retención
de líquidos debido a falla renal y la palidez se ubicaba fácilmente en este
contexto clínico; y que siendo probablemente la madre de un paciente diabético,
existía una alta probabilidad que ella también sea diabética y que esté
cursando con una de la complicaciones más trágicas enfermedad como es la falla
renal crónica cuyo estadio final es la diálisis.
Lo de la semiología
también tal vez merece una breve explicación entendiendo que el blog lo leen también
personas bastante alejadas del lenguaje médico. En medicina, la semiología es
el arte de acercarnos al diagnóstico buscando a través del examen clínico los
signos y síntomas de un paciente, los cuales deben ser interpretados, jerarquizados
y razonados científicamente.
Yo hice el
curso de semiología mèdica con esa eminencia que fue el Profesor Carlos
Lanfranco La Hoz, uno de los mejores médicos clínicos que ha tenido la Facultad
de Medicina, en la sede docente del histórico hospital Dos de Mayo de Lima.
El diagnóstico
ectoscópico
Don Carlos como
gentil y amicalmente lo llamábamos insistía hasta la saciedad en un método que lamentablemente
no es aplicado en las nuevas generaciones de médicos, me refiero al diagnóstico
ectoscópico, que nos planteaba el esfuerzo de hacer un diagnóstico a partir del
reconocimiento fino del llamado ojo clínico que no es sino el arte de reconocer
los signos clínicos más destacados “a golpe de vista”. No es una adivinanza, sino
que se trata de una habilidad adquirida a fuerza de examinar pacientes. Así nos
decía por ejemplo, a ver alumno Castro, observe a este paciente y díganos cuál podría
ser el diagnóstico ectoscópico.
Bueno, retomando la historia de mi paciente diabético, él se encontraba en la sala
de la casa esperando la visita programada para este día. Conversamos sobre la evolución
de su enfermedad, saqué mi glucómetro y encontré su glucosa en 98 mg/dl, una
cifra en rango de normalidad, lo cual me producía una satisfacción intima pues
significaba que el paciente “iba bien”.
La discriminación
ante la vida
Entonces, como
suele hacerse en estos casos debía continuar con el mismo tratamiento por lo
que abrí mi maletín y le entregué los medicamentos para 1 mes. (El Dr. Jiménez
en el curso de pediatría me decía: “si con agua mejora, agua a toda hora”)
La madre
miraba la escena y pude notar también en su rostro una expresión preocupante,
porque la visita correspondía sólo a su hijo y no a ella, siendo ambos personas
diabéticas.
Aseguradora Pública
versus Aseguradora Privada
No se trataba
de una discriminación ni un acto inhumano no atenderla, sino que la atenciòn a
Jimmy era por cuenta de una aseguradora privada que tiene un Programa de Control
de Diabetes que se realiza a través de visitas domiciliarias, entregándoles los
medicamentos y haciéndoles los análisis sin pago de por medio, pues eso ya está
contemplado en las pólizas de seguro.
El SIS como
aseguradora pública
De todas
maneras como cortesía le tomé una glucosa a la señora y salió en 320 mg/dl. cifra
bastante alta, lo que además serviría para corroborar mi hipótesis.
La mamá de Jimmy
también tiene una cobertura de atenciòn a cargo de una aseguradora llamada
Seguro Integral de Salud, que corre por cuenta del estado, pero está con una
glucosa altísima.
El asunto es
que a diferencia de la atenciòn a Jimmy que se da en la comodidad de su hogar, ella
para ser atendida debe iniciar el proceso en el Centro de Salud de su jurisdicción
y desde allí tramitar una Hoja de Referencia para el hospital, a donde debe
llegar máximo a las 4 de la mañana para ver si consigue cita; y si por ventura (o
gracias a dios) ello ocurre entonces logra ser atendida, pero receta en mano al
acudir a la farmacia del establecimiento le dirán lo que es ya casi habitual que
no hay medicamentos, por lo que debe tratar de adquirirlos con gasto de bolsillo
en una de las farmacias cercanas al hospital las cuales andan rogando que siga
en crisis para ellos aprovechar esta oportunidad de negocio basada en la
ineficiencia del otro y cobrar por los medicamentos precios muchas veces
prohibitivos.
Así, la mamá
de Jimmy diríamos que también está asegurada aunque en la práctica esto sea
casi una ficción. Entonces no logra adquirir todos los medicamentos y por ello corre
el riesgo de un mal control de la enfermedad, la cual podría progresar inexorablemente
hacia las temidas manifestaciones tardías o complicaciones penosas de la
diabetes mellitus
Me daba ganas de
decir. Qué injusticia carajo.
Bien por Jimmy
que tiene una atenciòn personalizada, oportuna, eficaz y eficiente; pero mal
por su mami que sufre todas las deficiencias de un seguro público que se ahoga
en la ineficiencia ante la mirada indiferente de los responsables desde el mismo
ministerio de salud, quienes encima “celebran” el Día de la Diabetes.
Etiquetas: Salud Pública, Sanitarias
1 Comentarios:
Estimado Willy,
Excelentes reflexiones que rescatan aquellos aspectos esenciales de la práctica médica que se están perdiendo.
La semiología, curso que desarrollé en el Hospital Arzobispo Loayza con otro prestigioso clínico, Dr. Carlos Deza Bringas, no solo sintetiza la pericia médica sino también transmite aspectos no tangibles como el involucramiento directo, la preocupación directa y personal del médico como ser humano, para y por encontrar la dolencia o mal que afecta al doliente.
Estos aspectos se están perdiendo en la actualidad con la fragmentación, tecnologización y "sentido productivo" de la atención en salud. Por eso ahora se habla de "humanización" de la salud, cuando debería ser la interacción más humana en forma intrínseca.
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