El reencuentro con Julieta
Era el mediodía cuando entré a la Unidad de Posgrado de la Facultad de Medicina y como lo hago cuando
ingreso a este local, asentí con la cabeza saludando a los que allí pudieran
encontrarse porque en la sala de espera de este local casi siempre hay gente
esperando, quienes en su generalidad son profesionales de la salud que se encuentran
realizando algùn trámite relacionado a sus estudios de especialización.
Esta vez al saludar de esa manera
a los presentes me percaté de una sonrisa que me obligó inconscientemente a dirigir
la mirada hacia el lugar de donde provenía, pareciéndome que se trataba de una “sonrisa
cómplice”.
La reconocí y entonces me dirigí
hacia ella para confundirnos en un prolongado abrazo, teniendo la precaución de
decirle "no te pares, ahí sentadita nomás" -por razones que luego habrán
de deducirse- al tiempo que le daba este efusivo saludo. Katherine, la secretaria, sonreía
tomando nota de mis palabras.
Se trataba de Julieta, la
enfermera que conocí en el Hospital de Ventanilla con quien aparecemos en una
foto bastante llamativa por las características de la misma, tomada en la
fiesta que organizara el personal del hospital el día de mi cumpleaños, cuando
fui director de ese establecimiento de salud.
Ella formó parte del conjunto de
trabajadores profesionales y no profesionales que lideramos, con quienes nos embarcamos en la construcción
de una visión estratègica para este Hospital que tenía pocos años en esa categoría. Lamentablemente
ese esfuerzo fue destruido por el GORE que sólo buscaba dar cargos directivos a gente de su entorno aun cuando ninguno de ellos ha demostrado tener
capacidad de gestión, pero eso es ya otro tema.
Retornando al motivo principal de
esta nota, esa foto fue tomada por un espontaneo que también asistía a la reunión
y luego me la entregara jubiloso, celebrando lo oportuno que había sido con esa instantánea.
Etiquetas: Hospital
0 Comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal