jueves, 2 de febrero de 2012

Centros de Rehabilitación no formalizados: la punta del iceberg de un problema no atendido


Que de pronto mueran 28 personas en una casa, necesariamente tiene que llevarnos a investigar las razones por las cuales ocurrieron estos hechos.

Los medios de prensa han centrado la noticia en las características del establecimiento: un llamado Centro de Rehabilitación sin autorización de funcionamiento.

Los afectados por este siniestro tenían como característica común ser personas “internadas” para someterse a un proceso de rehabilitación por problemas de adicción.

Cuál es la cuestión de fondo?

Los medios de prensa han llevado el tema hacia la licencia de funcionamiento. La propia página web del Ministerio de Salud al tocar este tema, dice que el Ministro de Salud Alberto Tejada Noriega, luego de lamentar la tragedia ocurrida en el Centro de Rehabilitación “Cristo es Amor”, ha hecho un llamado a estos centros informales para que procedan a formalizarse.

El Congreso de la República, parece haberse limitado a discutir el grado de responsabilidad del ministerio de salud y de los gobiernos locales en la autorización de este establecimiento, habiéndose producido una suerte de juego de ping pong entre los mismos.

El asunto va más allá de si tenía o no licencia de funcionamiento. 

Existe un problema de fondo en torno a un problema de salud pública que ni siquiera es tocado de manera tangencial, se trata del problema de la drogadicción que afecta a miles de jóvenes en nuestro país, un problema frente al cual los programas de oficiales gubernamentales no logran ser eficaces y que debe ser abordado multisectorialmente.

Las tragedias actualizan problemas que quedan en el camino sin resolver

Entonces, estamos frente a un grupo de jóvenes procedentes de los estratos más pobres de la sociedad quienes estaban buscando resolver “terapéuticamente” su problema de adicción a drogas en establecimientos al alcance de su economía (pagando la suma de 50 soles semanales).

Alguna prensa ha presentado centros modelos en nuestra ciudad, que tal vez podían ser también la aspiración de estas familias pobres, pero no señalan que en todo caso la oferta de establecimientos de estas características es insuficiente y que definitivamente existen dificultades económicas para acceder a los mismos, lo que hace que se produzca una respuesta social “espontánea” desde sectores pobres de la sociedad, orientados a resolver este problema.

La ineficiencia del programa de salud mental

Las familias afectadas, desesperadamente hacen el intento de solucionar el problema sin entrar entender quizá que bajo esta lógica de informalidad es poco probable que las acciones terapéuticas tengan una base científica.

En tanto que los profesionales de la salud mental están concentrados en hospitales desde donde hacen muy poco para atender este grave problema de salud pública y los otros sectores que debían involucrarse no se sienten aludidos.

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2 Comentarios:

A la/s 2/03/2012 7:48 p.m., Anonymous Enrique Hernandez dijo...

La farmacodependencia en el primer productor de cocaína del mundo es un problema de salud pública, cuya magnitud oficialmente se pretende ocultar, cuando no, negar. El enfoque de esta problemática es errático (ejemplo, los bandazos en la dirección de DEVIDA o los presupuestos para salud mental) y la ignorancia predomina en los diversos actores de la misma, incluyendo las autoridades.
En pocas semanas, esta tragedia, como otras, lamentablemente, apenas será una anécdota...

 
A la/s 2/07/2012 12:37 a.m., Anonymous Anónimo dijo...

El problema en sí es muy complejo, pienso que entre otras muchas causas, los que laboramos en el Sector Salud vemos como a lo largo de los años se ha dejado de lado un PLAN NACIONAL DE SALUD MENTAL. No es novedad lo que suele ocurrir en algunos de estos "Centros de Rehabilitación" que son verdaderas cárceles del sufrimiento humano y que pasan como Centros de Tratamiento.Todo ello, es parte de la INFORMALIDAD peruana, incluso me atrevería a afirmar que son tratamientos "Chichas" nada cientificos, menos aún supervisados por autoridad de Salud alguna, dado que este flagelo del consumo de drogas u otras adicciones se le escapó del control a las autoridades hace mucho tiempo.
Lo que llama la atención es que algunos familiares de las victimas sabían de dichos maltratos por información de los mismos. Sin embargo,esperaron que se consumaran los hechos para recién denunciarlos luego de la tragedia. Luego todos a practicar la politica de Pilatos (familiares, pacientes,Instituciones, Autoridades etc). Ninguno quiere asumir su responsabilidad desde un Municipio, carente de autoridad, incapaz de velar por la seguridad de los internos de un centro regentado por un ex-adicto sin mayor preparación y ambientes que no reunian las minimas condiciones adecuadas para la vida humana. Desgraciadamente la tragedia humana siempre tiene un costo la gente pobre que no puede pagar una clínica particular y acudir a un establecimiento que le brinden la garantía de un tratamiento serio,cientifico y responsable profesionalmente. Con este problema se desnuda y agudiza una verdad, la carencia de establecimientos en el sector salud para los programas de atención en esta área de salud mental por un presupuesto ineficiente, falta de preparación profesional, indiferencia,desinterés, dejadez de todo un grupo de actores.
Dr. Amintore Dodero Morales
Psicólogo

 

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