domingo, 28 de marzo de 2021

Vacunas Sinopharm: "algo huele mal en Dinamarca",

 "Algo huele mal en Dinamarca"

Esta frase que apareció en Hamlet del dramaturgo inglés William Shakespeare, se utiliza en la vida política para designar las cosas que no marchan bien en un país por causa de la corrupción.

Por ello, bien vale utilizarla para referirnos a los últimos acontecimientos en torno al ensayo clínico Fase III de la vacuna Sinopharm, toda vez que la reciente renuncia de la doctora Coralith García al cargo de coordinadora no hace sino generar más interrogantes sobre un estudio ya manchado en los últimos meses.

La doctora García asumió este cargo a inicios de marzo de este año en reemplazo del doctor Málaga tras la suspensión por parte de la Universidad Cayetano Heredia, al verse involucrado en el escándalo político denominado “vacunagate”.

El vacunagate

Vacunagate ha sido el término utilizado por los medios de comunicación​ para referirse al escándalo por las vacunaciones irregulares de 487 personas (principalmente altos funcionarios del Poder Ejecutivo del Perú) contra la COVID-19 que inició el 10 de febrero de 2021.

La crisis comenzó con la difusión informativa que el entonces presidente Martín Vizcarra habría recibido las vacunas contra la enfermedad del nuevo coronavirus destinadas a los ensayos clínicos​ de Sinopharm de la Fase III​ en octubre de 2020 en Palacio de Gobierno, sin ser esto de conocimiento público.

Impacto del vacunagate

Este escándalo ha tenido sus “efectos bomba” en el Poder Ejecutivo obligando a la renuncia de Pilar Mazzetti, ministra de Salud y Elizabeth Astete ministra de Relaciones Exteriores.

En ese contexto, rodó la cabeza del mismo Dr. Germán Málaga, médico coordinador del equipo de investigadores de este ensayo clínico y por efecto dominó se vieron obligados a renunciar las más altas autoridades de la Cayetano.

Las víctimas colaterales

La primera afectada ha sido la Universidad Cayetano Heredia que ve mellado su prestigio como entidad investigadora con este escándalo, lo cual podría repercutir en futuros proyectos de investigación.

Otro grupo de afectados son los participantes en este ensayo clínico en condición de voluntarios, pues en estos momentos señalan que el estudio se encuentra “al garete”, que no saben si ya culminó o no, por lo cual solicitan ante el Instituto Nacional de Salud (INS) que se “abran los ciegos”, con lo cual podrían saber quiénes estuvieron en el grupo placebo y quienes fueron inmunizados con cepa (Wuhan o Beijing). Para darle fuerza a su reclamo, los voluntarios han realizado un plantón en las afueras de esta institución dependiente del Ministerio de Salud, encargada de supervisar la investigación de este tipo en nuestro país.

Por todo este escándalo, también se ve afectada la propia empresa china responsable de la fabricación de la vacuna Sinopharm.

 

Callao, 28 de marzo de 2021

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