Las vacunas y los antivacunas
Esta noche, docentes de la universidad habíamos sido convocados para una clase virtual sobre las herramientas de Google aplicadas en el ejercicio de las clases no presenciales (virtuales), principalmente en la fase sincrónica, que significa “en vivo y en directo” con los estudiantes.
No hay mal que por bien no venga
Pero, al no darse la clase, nos quedamos hablando de otros temas, porque como diría mi abuelo Andrés, en esa visión dialéctica de la vida: "No hay mal que por bien no venga", donde lo malo, lo negativo en este caso resultaba la inasistencia del profesor y lo bueno o positivo resultó al final, poder conversar un tema de actualidad en salud pública. Es así como acabamos hablando de vacunas contra el Covid19 y el movimiento de los antivacunas.
Debo señalar, que esta reunión formaba parte de las que periódicamente realiza la universidad con el propósito de capacitarnos sobre esta modalidad de desarrollo de las actividades académicas en esta nueva normalidad, pero que esta vez, por alguna desinteligencia no se dio la clase.
Un interesante motivo de conversación
En esa espera, los profesores presentes, que pertenecemos a distintas facultades y con quienes por primera vez interactuábamos, aún en la modalidad virtual, empezamos a conversar diversas cosas, hasta que llegamos a un tema que generó gran interés, tal como se deducía por la participación activa de los asistentes.
En ese extremo uno de los participantes nos compartió un video que resultó interesante
porque exponía el punto de vista de un sector de personajes principalmente médicos
de otros países, agrupados en este video exponiendo de manera homogénea un punto
de vista común sobre las vacunas que se vienen experimentando para hacer frente
a la pandemia por coronavirus. Diríamos que todos ellos pertenecerían al grupo
de los “antivacunas”.
En síntesis, puedo señalar que eran 3 los principales argumentos de este grupo, sobre los cuales voy a dar mis puntos de vista
1. ¿Hay o no pandemia por COVID-19?
La primera observación, es que ellos
sostienen (en el video) que no hay pandemia por Covid-19, que se trataría de un
artificio provocado por un sector interesado en vender vacunas con alto margen
de rentabilidad, a costa de miedo de la población.
En mi intervención, he sostenido que es evidente la existencia de la pandemia por Covid-19; y que fácilmente podíamos encontrar indicadores de ello. Por ejemplo, si no hubiera pandemia, cómo explicar la existencia de inmensas colas de personas con balones de oxígeno, que inclusive tienen que ir hasta la ciudad de Pisco, ubicada a 250 km al sur de Lima para tratar de llenarlos porque acá en la capital del Perú esa posibilidad está agotada.
Este hecho nuevo y singular, revela que existe una razón por la cual gran número de personas, se agolpan alrededor de los centros de venta de oxígeno medicinal en busca de este vital elemento, debido a que los hospitales no logran proveerles a los pacientes internados por una enfermedad que genera la alta demanda del mismo, viéndose obligados, entonces a buscarlos fuera del establecimiento y que muchas veces, fatalmente les llega demasiado tarde, falleciendo en esa trágica espera.
En ciencia, cuando sucede algo no conocido antes, que afecta la salud pública en esa magnitud, merece una explicación adecuada para encontrar la relación causal.
Otro indicador lo refleja la alta
de demanda de camas UCI en los hospitales, al extremo que casi todos han
colapsado por no poder satisfacer la creciente demanda de pacientes que dada la
gravedad de la insuficiencia respiratoria aguda que presentan, requieren ser
internados en estas unidades de cuidados intensivos para el uso de ventilación asistida.
Asimismo, cómo explicar entonces
esa alta mortalidad sostenida en esta segunda ola, no sólo en Perú, sino en
diversos países del mundo sean estos de la vieja Europa, o de Estados Unidos de
América o de Brasil en esta región sudamericana, sino es por Covid19.
2. Las vacunas (y los antivacunas)
Un segundo tema estaba referido a las vacunas y sus características, las cuales se han tenido que desarrollar en cortísimo tiempo, a diferencia de las ya existentes para otras enfermedades inmunoprevenibles, las que han requerido varios años de investigación antes de su comercialización. Los antivacunas cuestionan las características de las mismas por su mecanismo de acción, señalando que dañaría el ARN, entre otros efectos a largo plazo.
Un hecho real de la aceptación de
estas vacunas, es que son los propios trabajadores de salud que se encuentran en
primera línea quienes reclaman de manera urgente ser vacunados con el fin de tener
menor vulnerabilidad frente a al coronavirus, teniendo exigencias que se muestran en la televisión por la demora en su aplicación o porque no están considerados en las listas de vacunación, como es el caso de los internos de medicina.
3. El consentimiento informado
La tercera cuestión motivo de
conversación fue el consentimiento informado (CI). Veamos de qué se trata.
El CI es un documento que debe
firmar la persona que va a ser sometida a un procedimiento médico como una
intervención quirúrgica, por ejemplo, autorizando al médico tratante realice la
intervención programada.
Este documento es de carácter obligatorio
como parte de los derechos de los pacientes. En el mismo se explica le detalladamente en qué consiste la intervención y si existe algún procedimiento
alternativo, los riesgos que conlleva y las complicaciones que pudieran darse.
El paciente lo debe leer y una vez que lo ha entendido lo firma en presencia de
un testigo.
Pero que se sepa, nadie está
firmando un consentimiento informado para recibir las vacunas, ni mucho menos
se conoce el tenor de este documento, es decir cuál es el contenido del mismo,
no obstante que muchos de los cuales son médicos que piden a sus pacientes llenar
el CI como cuestión previa, necesaria para ser sometida al procedimiento.
Qué implicancias tendría el no
firmar el CI en el caso de las vacunas.
Estamos ante una enfermedad
nueva que ha requerido de manera urgente y contra el tiempo acceder a una
vacuna express para lograr protección específica contra el SARS-CoV-2. I justamente dado el impacto negativo de esta enfermedad que tiene alta tasa de letalidad, es entendible el temor que tienen las personas, sin habernos detenido a evaluar sus posibles efectos secundarios en el largo plazo.
Desde el lado de la epidemiología, se va a necesitar hacer el seguimiento a las diferentes cohortes de vacunados, según el tipo de vacuna y otras variables, para saber lo que sucederá en el tiempo por efecto de estos insumos, e ir construyendo la historia natural de esta enfermedad.
En el manejo de las vacunas
existen los llamados Eventos Supuestamente Atribuidos a Vacunación o
Inmunización (ESAVI), que incluyen a cualquier ocurrencia médica adversa que se
produce después de la inmunización, aun cuando no necesariamente esté
causalmente relacionada con el uso de la vacuna.
El seguimiento de los ESAVI se hace a través de un documento ad hoc, donde se reporta la sospecha de reacciones adversas a vacunas, correspondiendo a los profesionales de enfermería la responsabilidad de su llenado para la notificación correspondiente, por ser la vacunación un acto enfermero.
La despedida
Sin darnos cuenta y sin conocernos antes, tuvimos casi 2
horas de intensa conversación e intercambio de ideas, en un tema surgido de
manera espontánea, pero sin duda, trascendente dada las circunstancias que vivimos
en contexto Covid.
Anecdóticamente, uno de los participantes, casi al tiempo que nos despedíamos, nos hizo saber que la clase, de haberse desarrollado, hubiera durado solo 1 hora.
Callao, 24/02/21
Etiquetas: Salud Pública, Universidad
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