El aislamiento epidemiológico
Las temidas pestes de la edad
media tenían -qué duda cabe- mucho de manejo empírico porque de acuerdo al
desarrollo de las fuerzas productivas aún no se preveía que existirían vacunas
ni medicamentos para esas enfermedades, de manera que una de las medidas más
empleadas era el aislamiento del paciente justamente para evitar la
contagiosidad.
En la actual época del
coronavirus
El coronavirus nos ha vuelto a recordar
estas épocas pasadas precisamente porque no tenemos un tratamiento etiológico y
el tratamiento hospitalario es básicamente de soporte, muchas veces en las
unidades de cuidados intensivos para enfrentar la temida neumonía.
Pero para la prevención, para
evitar el contagio, volvemos al aislamiento, esa vieja medida epidemiológica
que busca separar al enfermo para que no disemine, aparte del bloqueo de las vías
transmisión utilizando las mascarillas.
Los Módulos de Principios de Epidemiología
para el Control de Enfermedades (MOPECE) reconocen al aislamiento como estrategia
para separar a las personas que han enfermado por una enfermedad contagiosa de
aquellas que están saludables.
El aislamiento es para las
personas que están enfermas con una enfermedad contagiosa. La cuarentena es
para personas que han estado expuestas a una enfermedad contagiosa, pero que no
están enfermas.
La experiencia china de Wuhan
El profesor Wang Zhou, médico
jefe del Centro para el Control de Enfermedades de Wuhan y profesor de la
Universidad de Ciencia y Tecnología de Huazhong y la Universidad de Wuhan en entrevista
para La Tercera de Chile, señala que: “Hasta ahora no he visto medida más efectiva
que el confinamiento”, además que de acuerdo con las rutas de transmisión del
Covid-19, usar mascarillas, lavarse las manos y mantener la distancia social
serían formas efectivas para la protección individual contra el virus.
Callao, 27 de marzo de 2020.
Etiquetas: Salud Pública
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