jueves, 3 de marzo de 2016

Mi hijo Fidel

Hace unos días colgué en el Facebook unas fotos de la Ceremonia de Incorporación de mi hijo FIDEL al Colegio de Ingenieros del Perú, realizada en el Teatro de la Universidad Nacional de Ingeniería.

Esta publicación ha merecido una enorme cantidad de “likes” y comentarios, todos positivos por cierto, de amistades que compartían con nosotros la alegría por este logro, lo cual ha determinado en parte que escriba estas notas de agradecimiento a las muestras de cariño recibidas en las redes sociales.

El largo camino de la educación.

Parece que fue ayer que llevaba de la mano a mi entonces pequeño FIDEL al Maura Rosa, un Centro de Educación Inicial de la Provincia Constitucional del Callao, donde profesoras sumamente identificadas con su labor se esforzaban en demostrar que la educación pública puede ser de primer nivel. Lo entendía como una cuestión de autoestima de ese valioso equipo docente que conocí en este CEI y a quienes vuelvo a agradecer por el rol que cumplieron en esa primera fase de la educación de “Fidelito”, para lo cual involucraban a los padres de familia al centro de enseñanza en una estrategia “win – win” para superar debilidades organizacionales y así cumplir su propuesta de lograr las metas establecidas por el Ministerio de Educación.

De pronto, vuelvo a mi memoria remota para evocar los días que iba al Maura Rosa a las actividades que el colegio organizaba, donde aparecían nuestros niños demostrando las habilidades aprendidas bajo la conducción de esforzadas profesoras.


Logrando una meta

Pero el tiempo pasa y hoy me veo colocado nuevamente en una foto como mi hijo FIDEL, pero esta vez incorporándose a su Colegio Profesional, apto para ejercer su profesión en beneficio de la sociedad, en un auditorio lleno de emocionados padres que coreaban el nombre sus hijos en el momento que eran llamados para recibir de manos del Decano del Colegio de Ingenieros el diploma que los acredita como Miembros Ordinarios de la Orden.



Aparecer en una página social

Antes del internet y las redes sociales, aparecer en las páginas sociales de algún medio de comunicación escrita era pues un acontecimiento que requería un gasto para efectivizar la publicación. Pero la aparición de esta megatendencia de la comunicación que es el internet y el advenimiento de las redes sociales permite que cualquier “ciudadano de a pie” coloque aquello que era impensable hasta hace unos años.


Resulta una actitud natural del ser humano el compartir con nuestras amistades hechos relevantes de nuestra vida y para ello existe ahora un medio democrático como el internet, gracias a lo cual, como cantara nuestro recordado Luis Abanto Morales: “… nosotros los cholos” también aparecemos en páginas sociales en esta época donde de manera consensuada se dice que “si no estás en una red social no existes”.

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