jueves, 14 de junio de 2007

Quo Vadis Hospital Carrión. VII

LA NAUSEA

No me voy a referir a la obra escrita por el filósofo y escritor francés Jean-Paul Sastre, a través de la cual desarrolla la angustia que produce la visión existencialista de la vida, sino a un hecho más terrenal ocurrido esta mañana al ingresar al auditórium del hospital, donde el servicio de endocrinología haría la presentación del tema “Pie Diabético”.

En ese ambiente se encontraba haciendo uso de la palabra el Dr. Fernández, recientemente defenestrado de la subdirección del hospital “…por convenir al servicio”; y lo hacía (dizque) “retomando” su condición de jefe del departamento de medicina. Tuve una sensación de nausea que me obligó a dirigirme rápidamente a los servicios higiénicos.

Basado en una interpretación errónea, supone que por haber estado desempeñando ese cargo antes de asumir la subdirección, debe volver al mismo luego de haber concluido su periodo como subdirector.

TECNICAMENTE NULA

Esa interpretación es técnica nula porque procede SOLAMENTE EN CARGOS CONCURSADOS, mas no en los designados “a dedo”, como ha sido el caso del Dr. Fernández.

Esta aberración administrativa se habría elaborado en la oficina del subdirector apenas se enteró que ya había sido cesado del cargo; y podrían estar involucrados tanto el director administrativo, la asesora legal y la jefa de personal, colocando en una situación incómoda al Dr. Effio, recientemente designado Director del Hospital.

NI OLVIDO NI PERDON

El asombro era general, y muchos colegas hacían comentarios desfavorables, porque consideran que debe haber una sanción ética a quienes han dañado seriamente al hospital; y sin ningún escrúpulo insultaron cobardemente a colegas de gran valía como Ernesto Mejía. Sin embargo parece que para ciertos personajes la ética es inexistente, o tal vez innecesaria, prefiriendo moverse en el mundo de los anti-valores.

UNA PROVOCACION

Esta actitud es además, una abierta provocación al gremio médico que en una dura y tenaz lucha logró la salida de Sánchez y Fernández. En la actualidad ningún cargo ha sido concursado, de manera que “hacerse de la vista gorda” permitiría que luego el mismo Sánchez solicite “su” cargo de jefe de cirugía pediátrica (también “a dedo”); y estando todavía su gente de confianza en la administración no se harían problemas en pagar favores emitiendo documentos nulos ipso jure.

El Dr. Effio debe acudir en consulta técnica –urgentemente- a la dirección de personal y/o la oficina de asesoría jurídica del ministerio (no a la abogada Arbitres, porque ya sabemos su opinión) y proceder a encargar la jefatura de departamento de medicina a un médico con solvencia moral y sin compromisos con la gestión anterior.

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