Desde Cajamarca IV
Pase joven
Estábamos en los Baños del Inca, recorriendo parte de este concurrido distrito, junto con mucha gente que de vienen de todas partes, atraídos por la historia y la tradición que señala que era el lugar donde el inka Atahualpa pasaba sus días de descanso.
Siendo ya el mediodía nos encontramos en una zona donde están ubicadas un conjunto de cocinerías (una suerte de restaurantes ad hoc), donde se vende comida típica y de la otra.
El personal de estos restaurantes trata afanosamente que entremos a ellos, con una frase característica: Pase joven
Ante este piropo no podíamos negarnos a entrar a uno de ellos. Nos muestra el menú y lo primero que se nos ofrece es el caldo de cabeza de carnero. Le hago una atingencia a la señora que nos atiende sobre el origen de esta comida, diciéndole que es de otra región de la sierra del Perú.
Pero ella, haciendo gala de gran sapiencia culinaria, me da una verdadera clase del origen de ese plato, y concluye que en varios lugares del interior es considerada como comida típica.
Hacía mucho tiempo que no probaba estos caldos; pero los tiempos cambian. Antes lo comía con fruición gastronómica, pero ahora, caramba, no pude. Pensaba, en la encefalopatía espongiforme, y en otras enfermedades por priones, a pesar que el perfil epidemiológico de la zona no las reporta en el Perú.
Finalmente, prejuicios son prejuicios.
Estábamos en los Baños del Inca, recorriendo parte de este concurrido distrito, junto con mucha gente que de vienen de todas partes, atraídos por la historia y la tradición que señala que era el lugar donde el inka Atahualpa pasaba sus días de descanso.
Siendo ya el mediodía nos encontramos en una zona donde están ubicadas un conjunto de cocinerías (una suerte de restaurantes ad hoc), donde se vende comida típica y de la otra.
El personal de estos restaurantes trata afanosamente que entremos a ellos, con una frase característica: Pase joven
Ante este piropo no podíamos negarnos a entrar a uno de ellos. Nos muestra el menú y lo primero que se nos ofrece es el caldo de cabeza de carnero. Le hago una atingencia a la señora que nos atiende sobre el origen de esta comida, diciéndole que es de otra región de la sierra del Perú.
Pero ella, haciendo gala de gran sapiencia culinaria, me da una verdadera clase del origen de ese plato, y concluye que en varios lugares del interior es considerada como comida típica.
Hacía mucho tiempo que no probaba estos caldos; pero los tiempos cambian. Antes lo comía con fruición gastronómica, pero ahora, caramba, no pude. Pensaba, en la encefalopatía espongiforme, y en otras enfermedades por priones, a pesar que el perfil epidemiológico de la zona no las reporta en el Perú.
Finalmente, prejuicios son prejuicios.
Etiquetas: Crónicas
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